Muchas personas nos entusiasmamos con la idea de tener una mascota sin estar conscientes de las responsabilidades y obligaciones que dicha ‘tenencia’ implica.

Cuando adquirimos o adoptamos un animal de compañía por razones incorrectas, ya sea porque es ‘bonito’ o porque puede proporcionarnos algún servicio como ‘cuidar una casa’ o ‘cazar ratones’, tarde o temprano éste será descuidado, maltratado y abandonado.

La decisión de llevar un perro, un gato o cualquier otro animal de compañía a nuestro hogar debe ser tomada de manera responsable, en consenso con todos los miembros de la familia y con total consciencia de sus necesidades.

Por eso, a continuación enlistamos las necesidades básicas de la mayoría de los animales domésticos y de compañía. (Que deberán ser cubiertas siempre bajo la dirección y supervisión de un médico veterinario)

– Agua limpia y fresca. Y alimento adecuado para su especie, raza, edad, condición física y de salud.

– Un hábitat confortable, limpio y seguro, donde pueda descansar cómoda y tranquilamente; resguardarse de las inclemencias del clima y protegerse de depredadores u otras amenazas.

– Control de natalidad, para evitar sobrepoblación y mantener un nivel óptimo de bienestar y calidad de vida.

– Higiene general y aseo de su piel o pelaje, dentadura, cavidades, extremidades, etc. Con productos especiales, adecuados para su especie.

– Actividades y ejercicio en espacios adecuados, para mantener su salud física. Y periodos regulares de convivencia y juego (tiempo de calidad), para mantener su salud mental y bienestar emocional.

– Atención médica veterinaria, para proteger y restaurar su salud. Exámenes médicos, tratamientos preventivos, vacunación y servicios de emergencia.

En la Ciudad de México, mediante la Ley de Protección de Animales (que entre otros asuntos regula la Tenencia Responsable). Los propietarios de perros, gatos u otros animales domésticos, tienen la obligación de garantizar su bienestar, atendiendo las necesidades básicas antes mencionadas. De no hacerlo, los propietarios estarían incurriendo en un delito que conduciría a una sanción (arresto o multa, según sea el caso) y perderían todo derecho sobre el animal o los animales de compañía bajo su resguardo.

Hoy en día, ser propietario de una mascota es equivalente a ser su padre o madre, pues al igual que con un hijo (descendiente directo de de la misma especie); quien adquiere o adopta a un animal de compañía, lo hace miembro de su familia y por lo tanto, tiene la obligación moral y legal de brindarle el afecto y los cuidados necesarios para su óptima existencia.

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