Los perros y otros animales mamíferos mudan de pelo para adaptarse al clima en las distintas regiones y estaciones del planeta. Para estar frescos en el verano y en zonas cálidas. O abrigados en el invierno y en zonas frías.

Dicho proceso natural ha sufrido alteraciones debido a factores como el cambio climático y la domesticación e integración de los animales (como compañía) en la vida urbana.
Los canes que viven en las ciudades y pasan gran parte de su vida en interiores -en los que se ven menos afectados por las inclemencias del clima- pueden mantener una muda gradual y constante, prácticamente durante todo el año. Mientras que los perros que viven en zonas rurales y pasan buena parte de su vida en exteriores, pueden experimentar dos mudas anuales, en periodos de tiempo definidos (de no más de dos meses).

En condiciones ‘normales’ la muda suele ocurrir durante la primavera y el otoño, previamente a la temporada más cálida y a la temporada más fría del calendario. Sin embargo, por factores como el cambio climático, puede ocurrir anticipadamente o posteriormente, e incluso acortarse o prolongarse.

Otros factores que pueden influir en la caída del pelo de estos animales son: su nutrición, estado de salud, raza, hábitat y hábitos de cepillado.

Establecer una rutina de cepillado, además de ayudar a mantener desenredado y limpio el pelo de nuestros perros, puede ser un buen mecanismo de supervisión que nos permita establecer un calendario de muda, de acuerdo a la cantidad de pelo que se les desprende a nuestros canes durante el cepillado, en cada temporada.

Además, podemos solicitar orientación al estilista canino y médico veterinario de nuestros perros, para elegir el cepillo, shampoo y otros productos cosméticos y de higiene, más adecuados, de acuerdo a sus tipos de pelo y etapa de muda.

#MudaDePelo