Muchas personas llevamos a nuestros animales de compañía a la clínica veterinaria solamente cuando ‘de acuerdo a nuestro criterio’ están enfermos, ignorando el hecho de que existen patologías silenciosas –aparentemente asintomáticas– que pueden manifestarse hasta que han alcanzado una etapa crónica y han mermado gravemente la salud de los seres que las padecen.

Un gran porcentaje de las afecciones que aquejan a nuestras mascotas podrían evitarse al ser detectadas y atendidas en una etapa temprana. Por eso es vital que como propietarios responsables adoptemos una cultura de prevención y realicemos a nuestros animales chequeos médicos periódicos. Porque como dice el refrán “más vale prevenir que lamentar”.

Pero ¿en qué consiste un examen médico preventivo y con qué frecuencia debe realizarse?

Generalmente un examen médico debe contemplar:

A) Una exploración física que permite evaluar el estado mental y físico del paciente. Su actitud, temperamento, peso, pulso, función cardiaca y respiratoria; temperatura corporal, grado de hidratación, aspecto de las mucosas, condición de los ganglios linfáticos y normalidad de los órganos abdominales (al tacto), entre otros aspectos.

B) La realización de pruebas complementarias. Análisis clínicos o estudios de laboratorio de muestras biológicas (sangre, orina, heces y dermis), que mediante parámetros cuantitativos y cualitativos permiten determinar la presencia de parásitos y bacterias; la disminución o alteración de funciones de uno o más órganos y el padecimiento de distintas enfermedades.
Además de técnicas de diagnóstico por imagen como la ecografía, radiología y endoscopía, que permiten efectuar exploraciones ‘virtuales no invasivas’ de los órganos internos de los pacientes.

C) Y la interpretación de los resultados de las exploraciones, pruebas y técnicas en relación con el historial clínico del paciente, para emitir un diagnóstico y de ser necesario un tratamiento.

Los especialistas de la salud animal recomiendan realizar por lo menos un examen médico preventivo anual. Aunque la frecuencia puede aumentar en relación con la edad, género, raza, especie e historial clínico de cada paciente.

Si tienes dudas sobre la frecuencia con la que debes realizarle un examen médico a tu mascota o requieres mayor información sobre los procedimientos que éste contempla, nuestro personal médico con gusto te brindará la orientación que requieras. 

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