Lamentablemente aún en pleno siglo XXI existen mitos y desinformación entorno a la esterilización. Conceptos equivocados sobre la sexualidad y la reproducción animal que conducen a la sobrepoblación y en consecuencia al sufrimiento y muerte de seres inocentes.

Cuando como propietarios decidimos reproducir a nuestros gatos o perros tenemos que detenernos a pensar que en muchas ocasiones nacerán más de 6 o 7 crías.
El resultado de la cruza de una perra y su descendencia puede derivar en el nacimiento de más de 60,000 canes en 6 años. Y el resultado de la cruza de una gata y su descendencia puede derivar en el nacimiento de más de 400,000 felinos en 7 años.
Estadísticamente de cada 10 cachorros que nacen en México, por lo menos 5 podrían terminar su vida en la calle, en refugios o en un antirrábico.

Contrariamente a lo que se piensa, los animales no necesitamos procrear al menos una vez para vivir sanos y felices. La carga ideológica, moral y psicológica presente en los seres humanos no se manifiesta en otras especies, por lo que una hembra canina o felina nunca presentará -a nivel consciente- frustración por no tener descendencia. Y tampoco un macho perderá ‘carácter’ o limitará su desarrollo físico simplemente por volverse estéril.

Afortunadamente cada vez son más los propietarios que acceden a que un veterinario esterilice a sus mascotas.

Aunque también existen métodos de control reproductivo temporales (hormonales), a continuación enlistaremos solamente los beneficios de los dos métodos definitivos o irreversibles (quirúrgicos) más eficaces en los animales de compañía más comunes (gatos y perros).

Mediante la ovariohisterectomía (OHT), cirugía abdominal en la que se extirpan los ovarios y el útero de la hembra:
– Se reduce la posibilidad de que ésta padezca enfermedades como hiperplasia endometrial, vaginal o mamaria (en gatas); piometra (infección uterina) y cáncer de glándula mamaria (si la operación se realiza antes del primer celo o entre el primer y segundo celo).
– Se evitan embarazos no deseados, el crecimiento no planeado de la familia y la inversión extra de recursos que esto implica.
– En el caso de las gatas, se evita que durante el celo maúllen desesperadamente (durante varios días y noches) llamando a una pareja.

Mediante la orquiectomía (castración), procedimiento en el que se extirpan ambos testículos a través de una pequeña incisión en el escroto del macho:
– Se reduce la probabilidad de que se presenten infecciones, abscesos, quistes o cáncer en la próstata. Así como tumores testiculares o de la región perineal.
– Disminuyen las actitudes agresivas (derivadas de la conducta sexual) y los enfrentamientos con otros machos.
– Se terminan las escapadas a la calle en busca de pareja (con todos los riesgos que esta acción representa).
– En el caso de los gatos, se reduce considerablemente el marcaje con orina en muros y muebles.

Tanto perros como gatos pueden someterse a dichas cirugías a partir de las 8 semanas de edad sin que esto represente un riesgo. Incluso en gatos la operación puede llevarse a cabo una vez que el paciente supere los 400 gramos de peso.

Como consecuencia de la disminución de la actividad física resultado de ambos procedimientos, un efecto colateral común en algunos pacientes es el aumento de peso, por lo que es recomendable controlar su dieta y mantener una estricta rutina de ejercicios.

Es importante mencionar que además del riesgo anestésico y quirúrgico implícito en cualquier procedimiento de esta naturaleza, se trata de técnicas irreversibles, por lo que es fundamental que los propietarios tomemos una decisión informada de la mano de nuestros veterinarios de confianza.

Si tienes dudas o requieres mayor información sobre alguno de los procedimientos quirúrgicos de control natal, nuestro personal médico con gusto te brindará la orientación que requieras.

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