Una de las preocupaciones más comunes en las personas que compartimos nuestra vida con mascotas, es su inevitable deceso. Ya sea por una desafortunada enfermedad o por causas naturales al envejecer; nos aflige la idea de que en algún momento tendremos que despedirnos de ellas para siempre.

La tanatología veterinaria es la disciplina que estudia los procesos entorno a la muerte de un animal de compañía. Y tiene como objetivo ayudar a las personas a enfrentar, asimilar y superar una pérdida; actuar con responsabilidad durante el proceso (ofreciendo los cuidados paliativos necesarios al convaleciente) y decidir con consciencia y sensibilidad ante la posibilidad de una eutanasia.

Según Elisabeth Kübler Ross, psiquiatra suizo- estadounidense autoridad en la especialidad de tanatología, en el duelo se experimentan cinco fases:

Negación. Etapa en la que nos enteramos de la enfermedad terminal o la muerte de nuestro ser querido y como primera reacción nos oponemos a la realidad.
Un rechazo consciente o inconsciente de los hechos, que nos protege temporalmente de la conmoción emocional.

Ira. Etapa en la que nuestra pérdida es inminente y como consecuencia aflora el dolor. Manifestamos culpa y resentimiento hacia el ser querido que nos ‘abandona’, y enojo en contra de las circunstancias que condujeron a tal desenlace.

Negociación. Etapa en la que nos surge la esperanza de posponer lo inevitable. Tratamos de volver el tiempo atrás para encontrar lo que podríamos haber hecho diferente, y así evitar la pérdida. O en secreto acudimos a un poder superior para que nos ayude a que nuestro ser querido sane o regrese, a cambio de abnegación.

Depresión. Etapa en la que comenzamos a comprender la certeza e irreversibilidad de la muerte. Nos invaden profundos sentimientos de vacío y desconsuelo que nos conducen al aislamiento. El agotamiento físico y mental nos obliga a descansar por largos periodos de tiempo.

Aceptación. Etapa en la que finalmente admitimos en su totalidad lo acontecido. Aprendemos a coexistir con la pérdida. Entendemos que la muerte es parte de la vida. Maduramos a través del conocimiento de nuestros sentimientos.

Para asimilar y lidiar adecuadamente la pérdida de nuestras queridas mascotas, es fundamental expresar plenamente nuestros sentimientos. Desahogar nuestras más profundas emociones para sanar y permitirnos continuar con nuestras vidas.
Si lo consideramos necesario, un especialista en tanatología veterinaria, puede acompañarnos durante todo el proceso para ayudarnos a recorrer y superar las etapas del duelo.

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