Cuando les damos de comer a nuestros animales de compañía, generalmente no nos pasa por la mente que alguno de los ingredientes de su alimento -sobre todo si éste es de buena calidad- pudiera estarles haciendo daño.
Por eso es vital saber detectar e interpretar cualquier señal de rechazo que el organismo de nuestro perro o gato manifieste a cierta comida.

Los tipos de reacciones adversas a los alimentos, que pudieran presentarse en los organismos de nuestros canes o felinos, son:
– Alergias alimentarias. Reacciones inmunes exageradas e inmediatas. Respuestas de hipersensibilidad del tipo I, con anticuerpos IgE & IgG. En un rango de tiempo de 0 a 2 horas, posteriores a la ingesta de cierta comida.
– Intolerancias alimentarias. Afecciones crónicas causadas por respuestas de hipersensibilidad del tipo II y III, con anticuerpos IgA & IgM. En un rango de tiempo de 2 a 72 horas, posteriores a la ingesta de cierta comida.

Las más frecuentes son las intolerancias alimentarias, cuya causa común es el síndrome de intestino permeable. Una vulnerabilidad en la barrera protectora que forman las células de la mucosa intestinal. Uniones defectuosas entre dichas células, permiten filtraciones al torrente sanguíneo, de alimentos no digeridos, toxinas y patógenos. Ocasionando deficiencias nutricionales, inflamación, autoinmunidad e intolerancias y alergias alimentarias.

Las señales que acompañan dichas respuestas sensibles, pueden ser:
– Gástricas: diarreas constantes o intermitentes; intestino irritable, gases y vómitos.
– Cutáneas: hinchazón, enrojecimiento, prurito, alopecia y descamación.

Ante uno o más de estos síntomas, es recomendable acudir lo antes posible a nuestro veterinario, quien seguramente llevará a cabo las siguientes medidas:
– Realizar una prueba de alergias, con el objetivo de identificar el tipo de anticuerpos que se generan en la respuesta de hipersensibilidad.
– Reemplazar el alimento actual por una opción ‘hipoalergénica’ o ‘con proteínas hidrolizadas’. (Por lo menos durante el proceso de diagnóstico)
– Llevar a cabo una dieta de eliminación y provocación. Consistente en un régimen alimenticio estricto basado exclusivamente en un tipo de proteína y carbohidrato, durante 8 o 12 semanas.
Al concluir el periodo de tiempo, si los síntomas persisten, se confirmaría la intolerancia a dicha comida y si desaparecen, se realizarían nuevas pruebas hasta encontrar y restringir los alimentos nocivos para el organismo de nuestro perro o gato.

Los ingredientes que podrían causar intolerancia alimentaria en algunos perros y gatos son: granos, cereales, productos lácteos, huevo, res, cerdo, pollo, cordero, pescado y sustancias conservadoras, saborizantes, colorantes y aditivas.

Finalmente es importante reiterar, que para superar la intolerancia alimentaria de nuestros canes y felinos, son necesarios: compromiso, disciplina y paciencia. Siempre bajo la supervisión y guía de un médico veterinario.

Si tienes dudas o requieres mayor información sobre esta afección, nuestro personal médico con gusto te brindará orientación.

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