Tristemente, aún en una sociedad que pretende ser civilizada, muchas personas desalmadas que no empatizan con los animales, se ocupan en colocar veneno en alimentos para ofrecerlos o dejarlos al alcance de perros, gatos, aves, etc. para que los consuman, agonicen y mueran.

Aunque nada justifica el atentar contra la vida de un ser inocente, lamentablemente son actos irracionales y crueles que siguen sucediendo. Por lo que quienes respetamos y amamos a los animales, debemos estar informados y preparados.

¿Cómo saber si han envenenado a nuestro perro?
Aunque los síntomas dependen de la sustancia tóxica específica que haya consumido el can, se puede manifestar: Pérdida de apetito, babeo excesivo, náuseas, vómitos, dolor abdominal, micción, diarrea, fiebre, fatiga, ansiedad, jadeos, tos, estornudos, dificultad para respirar, desorientación, mareos, temblores, hinchazón del rostro y las mucosas; erupciones, Intolerancia a la luz y a sonidos comunes; dificultad para mantenerse en pie, rigidez muscular, parálisis y convulsiones.

Cualquier comportamiento extraño de nuestro perro puede ser la señal de alerta de algún padecimiento, por lo que aunque no se trate de un envenenamiento, es recomendable acudir inmediatamente al médico veterinario para que evalúe al paciente, determine la causa del malestar e indique el tratamiento correspondiente.

¿Qué hacer en caso de que nuestro perro tenga síntomas de envenenamiento?
– Actuar diligentemente pero sin perder la calma.
– Informar al médico veterinario para recibir orientación sobre los primeros auxilios (si son pertinentes), su manejo y traslado urgente a la clínica u hospital.
– Solamente si el veterinario nos lo indica, podremos inducir el vómito, suministrar agua o algún alimento para reducir el impacto del agente tóxico en el organismo de nuestro can.
– En caso de que tengamos algún residuo del alimento adulterado o la sustancia tóxica que consumió nuestro perro, será muy útil proporcionar una muestra al veterinario para acelerar el diagnóstico.
La muestra debe ser recolectada con las debidas medidas de seguridad e higiene, para evitar ingerirla e intoxicarnos también.

En este como en otros ámbitos, la mejor medida para evitar desenlaces trágicos es la prevención. Por eso a continuación compartimos algunas recomendaciones para proteger a nuestros animales de compañía de posibles envenenamientos:
– Proporcionar a nuestros perros una dieta balanceada que satisfaga plenamente su apetito y necesidades nutricionales, para que no tengan que buscar comida en la calle.
– Si es posible, educarlos para que coman únicamente lo que la familia les da en casa.
– Fuera del hogar, mantenerlos siempre con correa y pechera o collar, para supervisarlos en todo momento y evitar que tengan contacto con tóxicos que pudieran estar en el suelo u objetos de la calle.
– Pasearlos preferentemente en áreas públicas con espacios destinados al esparcimiento y ejercicio de los perros. Y organizarse con los demás propietarios para vigilar a los canes y garantizar que la zona esté libre de alimentos adulterados o sustancias venenosas.

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